¿Repartís las tareas del hogar? Pues a lo mejor hay divorcio

El 100 % de los divorcios es causado por el matrimonio. Eso es una verdad innegable. Pero no siempre vienen de la misma forma. A lo mejor la bronca diaria de quién friega qué está colmando vuestra paciencia y pensáis que quizás hay que dar carpetazo a lo vuestro. ¿Divorciarse por no ayudar en el hogar?

Dudamos de que alguien llegue a a “irse a por tabaco” por escaquearse de limpiar. Aunque hay gente para todo. Pero pon atención a esto: las parejas que reparten equitativamente las tareas del hogar podrían tener más probabilidades de acabar en divorcio.

A más reparto, más divorcio

«¿Cómo? ¿Que me peleo todos los días por no recoger los calcetines del suelo y resulta que me irá mejor si los dejo tirados?». Si has pensado esto ahora mismo, quizá te interese saber que sí. Según un estudio del Instituto de Investigación en Ciencias Sociales Nova, de Noruega, el porcentaje de divorcios aumenta un 50 % en los matrimonios que comparten equitativamente sus tareas.

¿Qué sentido tiene esto? En realidad, la conclusión no es algo de causa y efecto. Una cosa no lleva a la otra. La explicación es otra: ayudar poco o nada en las tareas domésticas suele ser propio de parejas más tradicionales, que, además, rechazan el divorcio más frecuentemente. Los matrimonios más tradicionales o conservadores se divorcian menos.

Por el contrario, el reparto de las tareas (y no “ayudar”, sino “repartir”) es más propio de parejas modernas que no siguen el patrón tradicional de las obligaciones domésticas de mujeres y hombres. En estas parejas, las mujeres suelen ser menos dependientes de los hombres, tienen estudios superiores y su propio trabajo. Este tipo de parejas, además, ve el matrimonio con más flexibilidad y apertura y, por eso, es más fácil que recurra al divorcio.

Así que nada de usarlo como excusa. ¡Todos a fregar!